Nuevas situaciones, viejas políticas. La irrupción de la COVID-19 en nuestra sociedad ha puesto de manifiesto la absoluta ineficacia de las políticas neoliberales que llevan destrozando lo público en la Comunidad de Madrid desde hace más de 20 años. La política de recortes y privatizaciones se ha mostrado como un estilete clavado en los derechos fundamentales de la población madrileña. Baste como ejemplo la situación extrema a la que nos ha llevado el mantra de la “colaboración público-privada” del gobierno de Isabel Natividad Díaz Ayuso y anteriores, tanto en la gestión de la Sanidad, como en el de las Residencias, denunciada desde hace tanto tiempo por la Marea Blanca o recientemente por la Marea de Residencias, entre otras.
Respecto a la situación de la Educación madrileña nos encontramos con un consejero, que lejos de estar a la altura de su competencia en un área tan fundamental para el conjunto de la ciudadanía, se dedica a continuas contradicciones respecto de lo que dicen desde el Ministerio, donde por cierto tampoco lo tienen claro, y a la politiquería barata. Y volvemos a repetir, Sr. Ossorio: si usted no quiere gestionar lo público, dimita. Si quiere favorecer lo privado, métase en alguna de esas empresas educativas a las que tanto defiende. El consejero está destruyendo la idea fundamental en la que se basa su política educativa: la libertad de elección en la Comunidad de Madrid no existe porque se perjudica constantemente a la Educación Pública favoreciendo a la Privada-Concertada.