Al grito de «que boten los pueblos de la España vaciada» Madrid recibió a miles de habitantes de los pocos que van quedando en esas tierras.
Castilla-León, Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura… pierden a sus gentes año tras año, mes tras mes, día tras día. Una sangría interminable sin que nadie mueva un dedo.
Al ritmo del himno de «la Revuelta de la España vaciada» se repiten lemas como: «Ser menos no resta derechos», La España vaciada ya está en marcha» o «La España vaciada no será callada«
Con la flauta y el tamboril de fondo, las pancartas gritan en silencio: Mas infraestructuras, menos olvido, mas respeto, menos promesas incumplidas, mas solidaridad para quien ha dado su tesoro mas preciado, sus gentes. En definitiva mas futuro.
¿Podría alguien parar esta hemorragia…? En el silencio ensordecedor de la mañana, se oye el tambor, las manos levantadas y un débil latido despierta...